Fascinante. El periodista deportivo John Carlin escribe un artículo que titula, «‘Compromise’ — a simple word without a Spanish translation» y El País, como no encuentra la palabra que no existe en español, traduce el título así «Una palabra elemental que no existe en español». La palabra elemental que no existe es, naturalmente, «compromiso», como podían ser «acuerdo», «pacto», «arreglo», «transacción», «solución negociada», «solución intermedia», «solución de compromiso» o el popular «ni pa’ ti ni pa’ mí». Pero Carlin, lanzado, se permite aventurar que la inexistencia de la palabra o, más exactamente, del concepto «llegar a un acuerdo haciendo concesiones», se debe a la ocupación árabe y a la «centralidad» de la Iglesia Católica, se lanza a confundir los significados con la forma en la que se redactan las entradas de los diccionarios y acaba proponiendo que la palabra que nos falta, y que él ha encontrado, sea incorporada a la lengua española. En lenguaje taurino esto es lo que se llama «adornarse» y en el futbolístico «hartarse de balón».
Este hallazgo debería conocerse a partir de ahora como carlinismo.
carlinismo. n. Palabra considerada intraducible en una lengua por incompetencia y prejuicios de un traductor. El nombre proviene del periodista escocés John Carlin, asombrado de no hallar traducción al español de la palabra inglesa «compromise».
Con todo, lo más sorprendente del asunto es que nadie en El País, «El periódico —ejem— global», al leer el artículo enviado, se pregunte «¿pero qué estás diciendo, John Carlin?».
Esperemos que la palabra carlinismo tenga pronta traducción al inglés.
La palabra inglesa «compromise» tiene acepciones que coinciden con las que tiene la palabra en español «compromiso» pero en inglés la palabra además de ser sustantivo también es verbo, que no puede traducirse como «comprometer» sino con «transigir».
¿Debo entender entonces, Héctor, —suponiendo que Carlin estuviera intentando encontrar el verbo— que la palabra que no existe en español es «transigir»?