Hace ya algún tiempo Antonio Rivera me prestó su libro «Modernidad y religión en la sociedad vasca de los años treinta» en donde se recogían una serie de estudios que Idearium, Revista de investigación y síntesis de ciencia religiosa (1934-35), publicaba en el Seminario de Vitoria y que dirigía José Miguel de Barandiarán. El libro, aparte de muy interesante, fue para mí una gran fuente de regocijo, pues pocas cosas me divierten tanto como la prosa moralista. En los artículos de Idearium que se reproducían encontré al menos dos joyas, una referida a la Zona Minera de Vizcaya y otra correspondiente a la ciudad de Eibar, del padre Mateo Uriarte, que es la que se reproduce a continuación (Idearium, nº 10, septiembre-octubre 1935).
El bueno de Don Mateo sufre con la descomposición moral de la ciudad armera, en donde «todos se lanzan a la calle, a la taberna, al café, al centro político o al cine; así diariamente, en turbia promiscuidad de sexos hasta muy avanzadas horas de la noche, con funestas consecuencias para la moralidad y religiosidad» y propone soluciones que podrían detener su triste devenir. Sólo me limitaré a constatar que, 85 años después, don Mateo habría podido comprobar que las cosas materiales han mejorado mucho, pero no quiero ni pensar qué habría escrito sobre la espiritualidad de los eibarreses.
::::::
Estado religioso de Eibar
(La descomposición moral de un pueblo)
MATEO DE URIARTE
***
Al exponer el estado religioso y moral de este pueblo, su verdadera fisonomía espiritual, quisiera proceder con máxima objetividad, sin recargar el cuadro de tonos excesivamente sombríos, pero tampoco de optimismos exagerados y desplazados enteramente de nuestra realidad.
Así es posible que esta semblanza religioso-moral choque acaso con juicios prematuramente formados y expuestos; excesivamente favorables, sacados tal vez de lo que parecían dar de sí ciertos días y actos de exaltación religiosa.
Y para que el lector no se sorprenda ante ciertos constrastes que irá viendo, bueno será advertirle que en Eibar viven dos pueblos con fronteras morales y aún casi geográficas bien definidas: el Eibar creyente y el Eibar anticlerical. Y así, quien vive aquí, verá una solemnidad religiosa con gran concurrencia, y al poco tiempo una manifestación roja con asistencia imponente.
A estos dos pueblos, pues, ha de ir viendo a través de esta crónica, el que tenga paciencia de leerla, a quien también quiero advertir que si una especie de inconsecuencia y falta de virilidad religiosa es hoy general, adquiere mayor proporción en este pueblo, tal vez por la presión que ejerce aún sobre el sector católico la falta de tradición religiosa, el pasado abolengo liberal y el presente tono izquierdista y anticlerical que aún predomina.
He comenzado por afirmar que quiero proceder con toda objetividad, para ello, he procurado documentarme con toda escrupulosidad, y por los datos que voy a exponer han de ver los lectores de esta crónica el reflejo de una realidad a la que no debemos cerrar los ojos, aunque no nos sea del todo halagadora; porque cuanto más certero el diagnóstico más eficaz será el tratamiento.
Como índice harto elocuente para señalar el nivel de moralidad y religiosidad de un pueblo, comenzaré por el de natalidad en estos últimos años.
Años |
Nacidos |
Bautizados |
Sin bautizar |
1931 |
201 |
198 |
3 |
1932 |
202 |
192 |
10 |
1933 |
198 |
190 |
8 |
1934 |
158 |
157 |
1 |
He aquí un cuadro que marca por sí sólo la descomposición moral de un pueblo: Eibar, una población que cuenta alrededor de 14.000 habitantes, con sólo 158 nacimientos, sin que las perspectivas que ofrece este año sean más halagüeñas, ya que hasta la fecha a que se refieren mis comprobaciones, 10 de agosto, el número de nacidos sólo llegaba a la cifra de cien, lo que hace suponer que los cuatro meses que restan del año posiblemente no alcanzarán la cifra anterior.
Como explicación de este hecho se invocará seguramente la crisis económica, la situación apurada de muchos hogares. Influirá todo esto desde luego, pero tengo la convicción de que no está ahí la verdadera explicación, y quien viva en Eibar y pueda auscultar un poco su vida familiar y social, señalará sin duda alguna otra causa a esta cifra vergonzosa.
En Eibar existe desde luego el problema del paro obrero y de la crisis industrial; pero será sin duda alguna uno de los pueblos menos afectados por la misma, ya que por la modalidad especial de la industria de este pueblo serán raras las familias en las que todos sus miembros se hallen en paro forzoso; si no es el padre, será el hijo o la hija quien estará ganando su salario. La prueba de esto la dan los espectáculos, bares y establecimientos de bebidas siempre llenos; el éxodo de una verdadera masa humana los días festivos. Un dato: el 15 de agosto hubo en la estación de Eibar seis mil y pico pesetas de ingreso; el domingo siguiente, cuatro mil y pico, aparte de autocares y coches de turismo. Otro dato, bien aleccionador por cierto: en los últimos diez meses el partido socialista ha recaudado en Eibar 75.000 pesetas para los presos de la revolución de octubre. Por esto repito que no me satisface la explicación que quiera buscarse en los apuros del vivir. Crisis, estrecheces agudas y con carácter endémico desde hace años vienen padeciendo los pueblos de la costa, y puedo ofrecer el dato de Ondárroa con una población que no llega a la mitad de Eibar y con un movimiento de natalidad que oscila entre 160 a 180 al año.
Descartada esa explicación, sólo queda esta otra en toda su realidad descarnada: que el egoísmo sensualista, manifestado en las prácticas anticoncepcionistas, está corroyendo las entrañas morales de este pueblo.
DEFUNCIONES | |||
Años |
Muertos |
Entierros ecuménicos |
Entierros civiles |
1931 |
164 |
155 |
9 |
1932 |
156 |
145 |
11 |
1933 |
142 |
140 |
2 |
1934 |
142 |
123 |
19 |
Observará el lector cierta desproporción en los entierros civiles de un año a otro; pero tenga presente la advertencia ya hecha de que dentro de Eibar existen dos pueblos, y según que la mortalidad haya caído más en uno que en otro, varía también el número de entierros civiles. Además, y como explicación del número correspondiente a 1934, téngase en cuenta la revolución de octubre en que murieron cinco jóvenes socialistas.
Prensa
Respecto a la prensa que se lee en este pueblo he hecho el recuento exacto de un día, el 21 de agosto, ya que él reflejara, con ligeras variaciones, el balance general. En ese día se vendieron en Eibar:
- 540 ejemplares de «El Liberal» de Bilbao.
- 510 ejemplares de «La Voz de Guipúzcoa».
- 165 ejemplares de «Euzkadi».
- 125 ejemplares de «Excelsius».
- 115 ejemplares de «El Pueblo Vasco» de Bilbao.
- 85 ejemplares de «El Día».
- 60 ejemplares de «La Gaceta del Norte».
- 45 ejemplares de «El Pueblo Vasco» de San Sebastián.
- 24 ejemplares de «La Constancia».
- 20 ejemplares de «El Noticiero».
- 18 ejemplares de «El Diario Vasco».
Aparte de estos diarios se venden también «Heraldo», «El Sol» y «La Voz» de Madrid; algunos pocos números de «El Debate», «Informaciones» y «Ahora»; muy abundantes las novelas y publicaciones pornográficas, repartidas muchas de ellas a domicilio.
ORGANIZACIONES SINDICALES.
- El Sindicato metalúrgico (UGT) con 1.400 sindicados.
- Solidaridad de Trabajadores Vascos con 935.
- Sindicato Católico con 87.
Vida parroquial
La actividad de la parroquia de Eibar no es que sea de una vitalidad anquilosada precisamente. Esta parroquia recoge con frecuencia dentro de sus amplias naves una gran concurrencia de fieles. Viajeros que pasan por Eibar en los días festivos y asisten a ciertas misas quedan muchas veces sorprendidos de lo que ven, y aquí está tal vez la explicación de ciertos juicios halagüeños en exceso, porque el espejismo que ejerce la visión de una muchedumbre nos hace olvidar la otra masa que queda fuera.
Esta parroquia, ademas de tener un año bien poblado de novenas, triduos y distintas solemnidades que mantienen en constante actividad al núcleo piadoso de la feligresía, organiza anualmente distintas semanas de ejercicios espirituales para todas las edades y sexos (ejercicios muy concurridos por cierto); semana para niños jóvenes de ambos sexos y semana para casados con horas y actos distintos para cada condición y estado.
Esta vitalidad parroquial se refleja en el número de comuniones que el año pasado —por citar alguno— llegó a 99.200 sólo en la parroquia; en la generosidad tan admirable de esta tan «saqueada» feligresía que, con su óbolo pequeño pero constante, ha contribuido a la obra de las Escuelas Católicas con 4.063,95 pesetas hasta la fecha; a la obra de las misiones con 1.975 el último año; a la restauración del Santuario de Arrate con 39.000 pesetas y para la educación cristiana de la juventud entre el colegio viejo y nuevo en estos doce años con 127.508 pesetas; en que cubrió con creces la primitiva asignación de la cantidad correspondiente al dinero del culto y clero de 15.000 pesetas y sigue cubriéndolo en la actualidad de 19.000 pesetas. Todo esto refleja indudablemente generosidad e inquietud religiosa; ello revela sin duda un importante aspecto de la vida cristiana en este pueblo donde no todo ha de ser sombras; vitalidad que podemos ir viendo a través de sus organizaciones parroquiales.
Al hablar de éstas, comenzaré por la que es base y fundamento de la vida cristiana, por la del catecismo.
Durante el curso pasado han recibido instrucción catequística en los diversos centros (Parroquia, colegios, Málzaga) unos 1.105 entre niños y niñas.
El catecismo es diario alternando los días entre niños y niñas, siendo ayudados en esta ardua labor los sacerdotes por un plantel de 62 señoritas catequistas, a las que es de justicia rendir desde estas líneas, ante toda la Diócesis, el agradecimiento profundo de la parroquia de Eibar por su benemérita y desinteresada ayuda y abnegación.
El censo escolar, y por lo tanto el que debiera ser censo catequístico, es de unos 2.000; si sólo se mira, pues, a esta cifra, el número de niños que viven alejados del catecismo es grande. Pero creo que este número no es el verdadero por lo que voy a decir. A pesar de cuanto se insiste y de la campaña que se hace anualmente en pro del catecismo, existe una gran desidia en muchas familias y padres en este punto; sólo muestran alguna preocupación el año en que sus hijos han de hacer la comunión solemne, que en esta parroquia tiene lugar a los once años. Para muchos, por lo tanto, el estudio del catecismo se reduce justamente a ese año. La cifra de los que cada año hacen su comunión solemne es 180 o 190. Partiendo pues de esta cifra, se puede afirmar que el número de los que se quedan sin instrucción religiosa en absoluto sera un 28%.
A la sombra del catecismo funciona la Mutualidad Catequística que, fundada hace ya dieciséis años, cuenta ya con 1.484 mutualistas con un capital de ahorro hasta junio último de 448.979 pesetas.
Congregaciones
Existen la de Hijas de María (950), Jóvenes de la Inmaculada (350), ambas con su sección de aspirantes para menores de quince años, bajo el patrocinio de la Santísima Virgen de Arrate, con sus cultos mensuales; Apostolado, Adoración, Tarsicios, Madres Cristianas con su sección de beneficencia domiciliaria que lleva repartidas desde su fundación (abril de 1924) 27.121 pesetas a familias pobres y niños del catecismo.
Tal vez parezca exigua esta cifra, pero advertiré que en Eibar no existen «socios ilustres», no hay grandes donativos, toda la actividad parroquial tiene que moverse premiosamente a base del simple perro chico.
Cumplimiento pascual
No es fácil establecer una proporción exacta del cumplimiento pascual. El eibarrés es por temperamento hostil y reacio a toda ordenación y disciplina. Aun en el orden material este individualismo, una verdadera anarquía industrial y comercial, causa en parte de las dificultades por que ha atravesado a menudo su economía, ha sido siempre la característica de este pueblo.
Aunque se ruega y se encarece que entreguen todos la cédula del cumplimiento, son bastantes los que no llenan este requisito que nos podría servir de índice exacto. Sin embargo, compulsando y estudiando todos los datos a este efecto, se puede afirmar que el cumplimiento pascual en Eibar se acerca en conjunto a un 60%: 40% de varones y 70-5% de mujeres. Como se ve, de las cifras de asistencia al catecismo a las del cumplimiento pascual existe bastante diferencia, y es que la edad postescolar es el gan escollo en que naufraga la juventud eibarresa, abandonando poco a poco las prácticas religiosas y hasta sus mismas creencias.
Causas de este abandono religioso
Aparte de las generales y que concurren en todas partes, citaré algunas que particularmente influyen en este pueblo.
- La influencia verdaderamente tiránica que ejerce la Casa del Pueblo que es la que controla aún la vida de esta ciudad; el socialismo eibarrés es casi exclusivamente anticlericalismo y sectarismo: su propaganda, que ha sido intensa, sus mítines, conferencias, hojas, etc., rezuman siempre ataques a la Iglesia y sobre todo a su Jerarquía.
- Esa especie de influencia átavica que es el lastre del que aún no se desprende definitivamente el eibarrés, aunque habrá que reconocer que en ello se ha avanzado bastante; me refiero a la presión que ejerce aún el pasado liberal que ha venido a desembocar en el actual socialismo.
- La ausencia total de vida familiar; en Eibar apenas existe autoridad paterna, «la democracia y la igualdad» han llegado hasta lo íntimo del hogar; en él, cada cual vive su vida, más de fonda que de hogar. La casa sólo para la satisfacción de las necesidades físicas; fuera de eso todos se lanzan a la calle, a la taberna, al café, al centro político o al cine; así diariamente, en turbia promiscuidad de sexos hasta muy avanzadas horas de la noche, con funestas consecuencias para la moralidad y religiosidad.
- El carácter de capitalidad que tiene este pueblo respecto a los de su contorno, por el que atrae a sí la juventud libertina de otras localidades que aquí, libre de la presión del ambiente de sus pueblos, viene a dar rienda suelta a sus desahogos en espectáculos, bailes y casas de lenocinio.
Además de estas, para resumir: el rendimiento abundantemente lucrativo durante muchos años de la industria armera que trajo consigo un aumento de vicios: la auto-suficiencia característica del eibarrés, lo que se denomina gráficamente «satisfacción», que reune en sí el alto concepto de propia suficiencia con el bajo nivel general cultural de este pueblo. Un dato bien elocuente: en los últimos 25 años escasamente llegan a una docena los hombres que han hecho una carrera, y Eibar cuenta alrededor de los 14.000 habitantes: ignorancia, presunción, inmoralidad, campo abonado a la propaganda antirreligiosa.
Ahora bien, ¿qué podría hacerse para dar más eficacia a la labor de su recuperación espiritual?
Contando con medios para ello, combatir en su mismo terreno los resortes en que apoya su eficacia la propaganda antirreligiosa: la ignorancia religiosa y la inmoralidad ambiente, dotando a este pueblo de centros de enseñanza católica y de un cine moral.
Existen dos colegios: uno para niños y otro para niñas con una matrícula de 250 niños y 150 niñas, donde se da desde la enseñanza elemental hasta el bachillerato y comercio, cuya influencia se viene notando en la juventud eibarresa, a pesar, claro está de las inevitables defecciones.
El colegio de niños es un hermoso edificio de nueva planta, admirablemente orientado y distribuido; edificado sabe Dios a costa de qué sacrificios, esfuerzos y combinaciones, desenvolviéndose siempre dentro del estrecho marco de las posibilidades económicas de las familias de los colegiales: mediante suscripción de obligaciones amortizables de 250 pesetas sin interés; recurriendo a hipotecas sobre el mismo edificio escolar, gracias al esfuerzo, tenacidad y celo nunca suficientemente agradecidos del Sr. Párroco y Junta Propulsora de la Enseñanza en favor de la educación religiosa de nuestra juventud.
Porque Eibar, habrá que decirlo, no es tan afortunado como otros pueblos de menores necesidades en este aspecto, que, sin embargo, han encontrado Mecenas generosos que los han dotado espléndidamente de escuelas católica; aquí todo se ha de hacer merced a propios recursos, merced al constante desembolso de la perra chica.
Por eso, si se contara con medios de dotar a este pueblo de varias escuelas católicas y sobre todo de poder ampliar el colegio actual en forma que pudiera acoplarse a él una especie de escuela de Artes y Oficios al estilo salesiano, donde se pudiera enseñar la mecánica y ajustaje que hoy lleva tantos jóvenes a la Escuela de Armería, creo que sería de gran utilidad para la conservación de nuestra juventud.
Digo otro tanto respecto al cine: es este un elemento altamente desmoralizador y descristianizador en Eibar; elemento que está haciendo verdaderos estragos en nuestra juventud y no hay dique posible a contener la desbordada pasión con que hoy arrastra este espectáculo derivativo.
Si se pudiera contar con un salón amplio, adecuado y con un confort ventajoso respecto los demás donde se dieran programas atrayentes y de altura, pero controlados por personas de probada solvencia moral, se podría conseguir mucho.
He aquí expuesto a grandes rasgos el panorama religioso eibarrés. ¿Sombrío? ¿más despejado de lo que se creía? Lector amable: yo me he limitado a ser mero cronista de la realidad.
Mateo de Uriarte
::::::
El contenido completo de este número de la revista Idearium puede encontrarse en los siguientes archivos digitales de la Fundación Sancho el Sabio (el artículo aquí reproducido se encuentra en el segundo archivo): PDF1 y PDF2.]
Para una contextualización de la revista Idearium es imprescindible referirse al siguiente libro de Antonio Rivera y Javier de la Fuente, en donde se encuentra el texto íntegro de este y otros artículos que analizan el estado social y religioso de algunas poblaciones vascas en los años 30 del siglo XX.]
Modernidad y religión en la sociedad vasca de los años treinta: (Una experiencia de sociología cristiana: Idearium) [Introducción y selección de] Antonio Rivera y Javier de la Fuente. – Bilbao : Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea, 2000. – 316 p. ; 20 cm. – (Clásicos Sociales Contemporáneos, 3). – ISBN: 84-8373-268-8. Dos reseñas]