Con permiso de Carlos Gardel… Roberto Goyeneche y Astor Piazzolla.
(Letra y música de Enrique Santos Discépolo).
CAMBALACHE
Que el mundo fue y será una porquería
ya lo sé
en el quinientos seis
y en el dos mil también.
Que siempre ha habido chorros
maquiavelos y estafaos,
contentos y amargaos,
valores y dublé.
Pero que el siglo veinte
es un despliegue
de maldad insolente
ya no hay quien lo niegue.
Vivimos revolcaos
en un merengue
y en un mismo lodo
todos manoseaos.
Hoy resulta que es lo mismo
ser derecho que traidor,
ignorante, sabio o chorro,
generoso, estafador…
Todo es igual
nada es mejor,
lo mismo un burro
que un gran profesor.
No hay aplazaos
ni escalafón,
los inmorales
nos han igualao.
Si uno vive en la impostura
y otro roba en su ambición
da lo mismo que sea cura,
colchonero, rey de bastos,
caradura o polizón.
Qué falta de respeto,
qué atropello la razón,
cualquiera es un señor,
cualquiera es un ladrón.
Mezclao con Stavisky va Don Bosco
y «La Mignon»
la Thatcher, Napoleón,
Carnera y San Martín.
Igual que en la vidriera
irrespetuosa
de los cambalaches
se ha mezclao la vida.
Y herida por un sable
sin remaches
ves llorar la Biblia
junto a un calefón.
Siglo veinte, cambalache,
problemático y febril.
El que no llora no mama
y el que no afana es un gil.
Dale nomás,
dale que va,
que allá en el horno
no’ vamo’ a encontrar.
No pienses más
sentate a un lao
que a nadie importa
si naciste honrao.
Es lo mismo el que labura
noche y día como un buey
que el que vive de los otros,
que el que mata, que el que cura
o está fuera de la ley.