La inteligencia está sobrevalorada. Si hubiera que pensar en cada caso qué opinión propia tenemos sobre los eventos consuetudinarios que acontecen en la rúa, sería un sinvivir. Al personal le saldría humo y colapsarían los lóbulos cerebrales correspondientes y puede que se rigidizaran las columnas vertebrales desde el occipucio hasta el orto. Es mejor tener unos buenos prejuicios, que ya se sabe que funcionan como los reflejos: cuando te va a caer una hostia, te apartas; te dicen “ingeniería genética” y das un salto hacia atrás y llamas al teléfono de urgencias de Greenpeace.
Lo cual que me preguntaba yo de dónde procedería ese terror subitáneo sobre los genes y la genética que acogota al personal komilfó. Ya nos enseñó Dawkins que las ideas no surgen espontáneamente en el cerebro del homo semi-sapiens, sino que germinan de unas semillitas implantadas, los memes, cuyos desarrollos se trenzan unos con otros hasta formar una maraña que llamamos ideología, que mayormente suelen ser prejuicios (es decir, juicios previos) organizados de forma sistemática. Pues bien, leyendo lo último de Hans Magnus Enzensberger, Tumulto, me encuentro con que los avances en ingeniería genética fueron paralizados en la Unión Soviética por culpa del agrónomo papanatas Trofim Lysenko, que los calificó como “ciencia burguesa”. Stalin apoyó al charlatán con consecuencias desastrosas no sólo para los científicos que trabajaban en este área, sino para la propia población. Hasta bien entrados los años 60 no se cuestionarían las ideas de Lysenko.
Claro que, para entonces, estas ideas ya se habían extendido por el mundo (Lee y difunde) y germinado entre los bienpensantes que hoy abominan de las verduras con genes. Como sostiene Cipolla, más peligrosos que los malvados son los tontos trabajando a tiempo completo.
Con ustedes, Trofim Lysenko.
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Adenda. No sé si el ocurrente Mao Zedong bebió también de las ideas de Lysenko, pero pudiera. No se pierdan esta gran historia de Guzmán Urrero sobre El día en que Mao decretó el exterminio de los gorriones.
alexpalahniuk 10 octubre, 2015
Argumentación espectacular sobre un personaje, el cual, no tenía ni putísima idea. Creo que me voy a suscribir a su bitácora; lo que escribió sobre el federalismo y el nacionalismo, me parece interesantísimo. Le dejo mi bitácora, por si le interesa. Es un proyecto que lleva poco; pero espero que remonte.
Un saludo y ¡que tengas un muy buen puente!
http://www.ourgodsaredead.wordpress.com
Perroantonio 10 octubre, 2015
Gracias, amigo. Ya le sigo.
Agustín Erkiaga 28 octubre, 2015
Si le interesa el tema Lysenko, le interesará sin duda la interesante vida de Nikolai Vavilov, sus viajes y expediciones botánicas de pura cepa por Afganistán, su amistad con científicos norteamericanos y su muerte por decreto en las mazmorras de San Petesburgo.