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Thriller

  • La misma historia

    Han pasado las horas y las nubes.
    En su cerebro flotan todavía
    vestigios del alcohol y de la noche.
    La resaca, como un tiburón blanco,
    desgarra a dentelladas la memoria.

    Paseo de borrachos, y la luz
    surgiendo en los cristales del Bancaya
    como si el sol brotara entre sus muros.
    Paseo de borrachos. Y palabras
    que hablaron del amor, también del tiempo.
    ¿Qué quedará después sino el recuerdo
    de los besos, la nuca, los abrazos,
    un fragor de autobuses, una monja,
    el agridulce trance del adiós?
    Ya presiente la angustia aunque se calla.

    Otra noche vendrá y será distinta
    la forma de escribir la misma historia.
    Miserable ternura. ¡Cago en Dios!

  • Vete

    ANTES de que la luz irrumpa en este cuarto
    Lo negarás de nuevo, amor, lo negarás
    Añadiendo ejercicio a la mentira.
    Por mí puedes jurarlo, santiguarte,
    Ungir tus dedos en la tibia llaga,
    Tocarme con los óleos en la boca:
    Acabarás negándolo, lo sé.
    Mucho tendrás que hacer por convencerme.
    Intentarás el viejo truco de comprarme
    El alma por un plato de caricias,
    Renovarás de nuevo el falso juramento.
    Da lo mismo, mi amor, lo negarás
    Antes de coronar mi frente con adioses.

  • Cosmogonía

    Fulsere quondam candidi tibi soles.
    CATULO, VIII.

    I

    PARA el amor naciste,
    no hubo espumas ni conchas,
    sólo el fragor de un mundo
    hundiéndose en su centro.

    En ti concluyó todo.
    En ti todo comienza.

    II

    TÚ no tienes reflejo,
    tú te miras
    en ti:
    ves la infinita
    variedad de las formas.

    Todo cambia en tu centro.

    En ti
    descansa todo.

    III

    NO te rodea nada
    porque todo eres tú.
    Para servirte existe el universo.

    Lo que dejas
    perece.

    Cuando cierras los ojos
    muere el mundo.

    IV

    TÚ no amas:
    existes.

    En el girar concéntrico
    de tus múltiples átomos
    la música
    del gozo.
    Ser armonía en ti
    o ruido, nada.

    V

    QUÉ lógica te guía?,
    ¿cuál
    es el sentido de tus actos múltiples?,
    ¿en qué lengua escribiste
    las leyes que obedeces?,
    ¿dónde
    ocultaste la fórmula?.

    ¿Qué buscas?

    VI

    YO no quiero ser tú.
    Deseo ser distinto,
    ajeno a tu dominio.

    Pero soy tu cometa.
    Cuando me acerco a ti
    me inflamo en luz.

    VII

    YO no existo:
    te amo.

    Hacia ti me conduce
    una sólida rienda.
    Cuando llego hasta ti
    dejo de ser.

    VIII

    DE qué manera ser?,
    ¿cómo habitarte?
    ¿De qué modo añadir
    el diálogo al amor?

    El caos
    no responde.

    IX

    AMOR
    que añade
    muerte.

    X

    QUE me libere le odio
    de esta atadura firme
    o me liberes tú.

    Beso tus labios.

    XI

    VAS a matarme.
    Cerrarás tus ojos
    de cobalto.
    Fría lengua de hielo
    me borrará de pronto.

    Ser nada
    eternamente.

    Sin ti
    ni la muerte es bastante.

    XII
    EPÍLOGO

    TÚ
    vives.

    Yo
    escribo.

  • Carpe Diem

    SÉ que debo gozar del breve instante
    de la playa
    del mar
    del agradable clima
    que depara el agónico verano
    de toda la belleza
    de la naturaleza
    sé que debo dejar en su tierno costado
    tal vez el beso último
    y aprovechar la noche
    sé que debo abrazarla
    lo sé

    tal vez si no sintiera
    esos ojos de hielo que me azulan la carne

  • Amén

    SÓLO por complacerme estalla el sol.
    Hierve el agua del mar por complacerme.
    Por complacerme las montañas arden.
    Triunfa la destrucción por complacerme.

    Plantas, volcanes, ríos, animales,
    lunas, planetas, astros, universos,
    por complacerme se hunden en la nada.
    Y ella se va.
    Sólo por complacerme.

  • Tritones

    EN estas aguas
    tristes
    ejercicios de amor
    submarinismo
    patético.

    Quisiera
    que nos helaran lágrimas de metal luminoso
    que nos mordiesen peces
    que nos ciñeran algas.
    Estas pálidas aguas que envenena la luna
    son el lecho propicio para encontrar la muerte.

    No me dejes ahora.
    Tengo miedo al abismo que después del amor
    se hace inmenso en tus ojos.
    Háblame mírame
    añade alguna lógica a estos actos hermosos.
    Dame fin bésame.
    Cierra mis ojos luego.

    En estas aguas torpe
    mi corazón se ahoga.

  • No es nada

    I

    HE pasado la noche
    escupiendo los dientes
    sudando sangre alcohol
    derramando los ojos
    mira hermana mi boca
    sabe a frutos podridos
    presiento que mañana
    vomitaré cristales

    II

    NOCHE mortal es ésta
    reptan tus manos frías
    por mi vientre aterido
    he vuelto a sentir asco
    mirándome al espejo
    la luz sucia del alba
    me libera del odio

  • Dry Martini

    ESTÁ helado el cristal. La luz habita dentro
    aunque esperan también las sombras o el recuerdo.
    Doce partes de azogue y una luz amarilla.
    La corteza y el humo. La amargura. La nada.

  • También esta noche pasará

    SE desgarra la luna en las antenas
    y el cristal es escarcha.
    Nada
    ocurre.
    Fumo.
    Mi pecho es un volcán.
    La cama
    un infierno de hielo.

  • La vida, inevitablemente, imita al cine

    Desengañémonos, amigo,
    el héroe siempre pierde
    y además
    una música dulce acompaña al fracaso.

    Qué estúpida la lluvia.
    Añade el toque hortera imprescindible
    para la despedida:
    los paraguas abiertos,
    los parabrisas húmedos,
    el consabido frío que preludia el abrazo.
    Nada
    que merezca la pena ser filmado.
    Y, sin embargo, amigo,
    qué sensación tan triste la última mirada.
    Sobre el asfalto oscuro
    fue más hermosa aún la despedida.

    —Tócamela otra vez,
    Sam.

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